A través de investigaciones científicas tanto a nivel de nuestro país, de países latinoamericanos y europeos, se han comprobado que los agrotóxicos (insecticidas, fungicidas, herbicidas, acaricidas, defoliantes, miticidas, roenticidas, anticripotogámicos) son sustancias químicas utilizadas en la agricultura para matar insectos, malezas, hongos que afectan al cultivo, el problema se traslada a todo el ambiente, con la degradación del suelo, la contaminación del aire y el envenenamiento de los cursos de agua, a lo que se sumala manipulación genética.
Alimentos como hortalizas, frutas, cereales, carnes, huevos y leche tienen esos compuestos (que se depositan siguiendo la biocumulación), una vez que penetran en el organismo humano, se alojan durante años en los órganos ricos en grasa aumentando su toxicidad (biomagnificación).
Se han detectado una serie de enfermedades, algunas de niveles terminales, otras crónicas, malformaciones y pérdidas de embarazos entre otras. Existen varias vías de intoxicación: oral o por inhalación; dérmica por penetración a través de la piel y por ingesta de los alimentos. La zona de Olavarría no es ajena a esta realidad y gran parte de la comunidad está desarrollando actividades de producción que apunta en otra dirección, donde las formas de producción son artesanales, saludables y sin la utilización de agroquímicos.